CORRE, CONEJO, CORRE....-

La consulta “indicativa” (en esencia todas lo son) con la cual –ahora se sabe plenamente– el presidente Calderón estaba induciendo un proceso interno desde la “exterioridad pública” de Los Pinos, fue calificada así por Santiago Creel, quien desde el principio se sintió afectado por ese procedimiento cuya finalidad era sacar a uno de los tres participantes en la contienda interna.
No iba a ser ésta la primera zancadilla en contra de Don Santiago. Ya en junio del 2008, convertido en un golpeador por encargo, Germán Martínez, a la sazón novato presidente del Partido Acción Nacional, le quitó la coordinación de los senadores azules.
Pero si de pleitos internos se habla y aquéllos no fueran suficientes, el diputado federal Manuel Clouthier, cuyo sólo nombre ya es una invocación totémica en el PAN, destapa otro escándalo. Impedido de contender para una nominación senatorial por voluntad –dice él– del Presidente de la República y de Malova (gobernador de Sinaloa), el heredero del Maquío lanza un desplegado de inspiración “dreyfusiana” y acusa a su partido de incongruencia e intolerancia.